Editorial del 3 de marzo de 2014

“Las cicatrices de la crisis son profundas en España y llevará años curarlas”. Fin de la cita pronunciada esta mañana por la directora del FMI, Christine Lagarde, invitada en Bilbao en el Global Forum Spain.

Fin también de toda lírica por parte de la señora Lagarde que ha entrado pronto en zona prosaica para pedir al gobierno español que profundice en la reforma laboral. Nadie concreta nunca cómo se hace tal cosa, seguramente porque no es fácil explicar que la receta para crear empleo es facilitar al máximo que el que lo tiene, pueda perderlo.

Cuando dice el FMI que las reformas deben hacerse no pensando en los que tienen trabajo sino en los que no lo tienen, está apostando por una flexibilidad laboral aún mayor de la que tenemos. A mayor facilidad para despedir, más fácil resulta la devaluación interna, claro. Saber que hay millones de personas sin empleo facilita mucho que los que lo tienen acepten cualquier rebaja o imposición.

La virtud de tanto paro es la facilidad con la que nos están devaluando.


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