Editorial del 6 de noviembre de 2013

“La decisión más difícil que ha tenido que tomar este gobierno en los 2 años que lleva al frente”. Así ha contado el presidente valenciano, Alberto Fabra, su decisión de responder ayer a la nulidad del Ere sentenciada por los Tribunales con el cierre innegociable de la Radio y televisión públicas de Valencia.

Hecho que ha sido aprovechado por Ignacio González, presidente de la comunidad de Madrid, para advertir a los sindicatos que si no quieren que ocurra lo mismo con Telemadrid, mejor que se estén quietos. También los tribunales, en concreto el Supremo, tendrá en el caso de los Eres de la tele madrileña la última palabra. El presidente ya advirtió que si el fallo insiste en la improcedencia de los despedidos, Telemadrid echará el cierre.

Es decir, si la Justicia quita la razón, la alternativa es aún más dramática. Lo malo es que quienes pagarán los platos rotos no serán los que gestionaron y endeudaron hasta lo irracional esos organismos públicos. Los que despilfarraron por encima de nuestras posibilidades, no estarán en la cola del INEM.


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