Editorial del 19 de septiembre de 2013

El acto ilustre de apertura del curso universitario 2013- 2014 que iba a celebrarse el próximo lunes en Zaragoza ha sido suspendido.

Se esperaba la presencia del ministro del ramo, José Ignacio Wert, así como la del Príncipe Felipe. Pues bien, el rector de Zaragoza, Manuel López, ha comunicado su decisión de suspender el acto por la “certidumbre que tenía de que se producirían alteraciones tanto fuera como dentro del acto”. “Espero que se entienda la decisión” ha dicho el rector que añade que “ha sido tomada no por suposiciones sino por lo que sabe que iba a pasar”.

Probablemente además de la manifestación convocada en el exterior del Paraninfo con el lema “No estamos para celebraciones”, el rector temía que alguno de los invitados en el interior también hiciera suya en voz alta la idea del deterioro de la educación pública y el retroceso social para que los hijos de la clase media y baja puedan seguir aspirando a la universidad.

El caso es que Wert ha aceptado la cancelación. ¿Le entra en el sueldo al ministro soportar un chaparrón de críticas y dar la cara o no? De la respuesta que cada uno dé a esa pregunta, se desprenderá la comprensión o no que el rector pide a una decisión algo más que polémica.


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