Editorial del 5 de septiembre de 2013

Nada mejor que una metáfora futbolera para definir lo que ha hecho esta mañana el president catalán, Artur Mas.

El líder de Convergencia ha despejado la pelota del área, aunque no sabemos aún si ha ido a córner o directamente a la grada. En entrevista concedida a la radio pública, Más ha dicho que quiere la consulta en el 2014 pero, y ahí está la novedad, que no la hará si no tiene la autorización del Estado. En esa primera afirmación se despeja la pelota que iba de pie en pie en el área de peligro, mirando a la portería para rematar a gol. El regate llega cuando Más añade que, en todo caso, las elecciones del 2016 se convertirían en un plebiscito. A ERC, el apoyo parlamentario de CiU, le ha faltado tiempo para desmentir al president y recordarle que se mantiene la fecha de la consulta para el 2014.

El asunto es, ¿cómo podrá gobernar Convergencia i Unió sin el apoyo de Esquerra? ¿Y cómo va a aceptar el segmento independentista de su electorado esta vuelta al pujolismo clásico? Hay una expresión popular catalana un poco vulgar pero muy elocuente para definir esta bipolaridad: “hacer de puta y Ramoneta”. Un arte que Jordi Pujol cultivó con maestría.

Es uno de los asuntos del día en que Susana Díaz tomó posesión como presidenta de la Junta andaluza.


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