Editorial del 17 de abril de 2013

Pese a que el director británico Ken Loach dijo al conocer la muerte de Margaret Thatcher "privaticemos su funeral que es lo que ella habría querido", lo cierto es que los ingleses se han gastado 12 millones de euros públicos en despedir a la primera ministra más emblemática de los conservadores, odiada y amada a partes iguales y que hoy ha recorrido en su féretro las calles de Londres por última vez.

Ha habido más tranquilidad en las calles de la esperada por las autoridades británicas, que habían desplegado más de 4 mil policías en una operación de seguridad que el reciente atentado de Boston hizo ratificar en su necesidad.

En la catedral de San Pablo, en un funeral con honores militares aunque sin llegar a categoría de funeral de Estado, y presidido por la reina, ha habido representación española, incluída la figura política a la que más veces se le ha aplicado el alías de Thatcher. Esperanza Aguirre nos cuenta en Julia en la onda cómo ha ido.


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