Editorial del 30 de enero de 2012

Mariano Rajoy se estrena hoy en la cumbre europea que ha empezado en Bruselas. Lo ha hecho entrevistándose con Durao Barroso, presidente de la Comisión, quién en la rueda de prensa posterior ha dejado entrever que puedan flexibilizarse las exigencias a España de cumplimiento del déficit. “Ahora no puedo dar más detalles sobre eso”, ha respondido Barroso. Veremos si Rajoy es capaz de pedir en Bruselas lo que, por ejemplo Monti, el presidente Italiano ya ha pedido reiteradamente en las últimas semanas. Sin ninguna zanahoria para los ciudadanos, el palo a secas pronto dejará de ser aceptable por los damnificados.

En esta situación delicada, y pese a ser urgidos por Europa a presentar de una vez el presupuesto para el 2012, el gobierno español insiste en que no lo hará hasta el 30 de marzo, o sea, una semana después de las elecciones andaluzas. Si con todo el poder acumulado en Autonomías, ayuntamientos, diputaciones y gobierno de la nación, el PP sigue dando prioridad al resultado de las elecciones en Andalucía, es que tiene razón el viejo proverbio de que “la avaricia rompe el saco”. También sería de aplicación una variante de la frase de Coco Chanel, la de que nunca se está lo suficiente delgado ni se es lo bastante rico. La variante sería, “ni se tiene suficiente poder, aún teniéndolo casi todo”.


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