Editorial del 10 de mayo de 2012

La historia de Bankia y la mayoría de cajas está muy clara: como ayer dijo en su llamada sorpresa a este programa Esperanza Aguirre, dado que el dinero no es de nadie, se trata sin ningún respeto.

Cuando son los políticos y no los profesionales quienes gestionan empresas financieras siguen criterios políticos, electorales cuando no directamente de nepotismo. La consecuencia de esa irresponsabilidad está a la vista.

¿Y ahora qué? Economistas de prestigio, como el Dr. Sala i Martin, liberal hasta la médula, se pregunta por qué no se permite quebrar a los bancos en España y recuerda que perderían dinero los accionistas pero NO los depositantes. Si esta primera opción se descarta, propone el economista de la Columbia que Rajoy debe convencer a las autoridades financieras europeas de que sean ellos quienes acudan al rescate de los bancos españoles. Y añade, “los europeos deben entender que va a ser más barato rescatar a unos cuantos bancos españoles que al país entero. Eso supondría la desaparición del euro”. ¿Quiere eso decir que España no tiene suficiente dinero para salvar a sus bancos?. Sala Martin dice que el agujero en las cuentas públicas sería de tal calibre que se agravaría más la crisis y que podría ocurrirnos como a Irlanda, que salvando a sus bancos, se inmoló entera y tuvo que ser rescatada.

Unan a esta situación diabólica, el enorme malestar social que provoca en la opinión pública el salvamento bancario con dinero del contribuyente, y tendrán idea de las horas imposibles que se viven en Moncloa. Mañana viernes, otra vez viernes, es el día de la fumata financiera.


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