Editorial del 18 de noviembre de 2011

Como se dice en argot de mus, “el pescado está todo vendido”. Al menos en lo que se refiere a la campaña electoral. Apenas faltan un puñado de mítines finales y habrá terminado una de las campañas electorales más largas que hemos sufrido.

La cita a las urnas llega en un momento delicado y es importante acudir a ellas. Unos para intentar que el gobierno que resulte sea el más fuerte posible, otros para intentar evitar que esa fuerza no sea tan aplastante; habrá quién rechace lo uno y lo otro y busque abrir brecha en el bipartidismo; quién encuentre en un partido pequeño aquel que mejor representa sus ideas...

En fin, todas las posibilidades están ahí, en las mesas electorales de todos los colegios de España. Y son 660, como para no encontrar una que se ajuste a lo que pensamos. Sí porque lo importante es acudir. Nada es más inútil que la abstención o el voto nulo. El sistema no lo computa, se queda en un dato que apenas se recuerda unas horas y se olvida para siempre. Así que el cabreo o lo que sea, que vaya dentro del sobre y el sobre a la urna.

La participación masiva, dará un mensaje colectivo de compromiso que España necesita.


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