Editorial del 9 de noviembre de 2010

Si un presidente de gobierno tiene en sus manos evitar muertes, acabando con la vida de terroristas cuyo objetivo es matar... ¿debe ordenar matar o dejar que sigan matando?. ¿Esa es una decisión moral, política, jurídica? George Bush, el expresidente norteamericano, cuenta en las memorias que hoy se han puesto a la venta que autorizó el recurso de la tortura, el de la asfixia simulada, para sacar por la fuerza información al cerebro de los ataques terroristas del 11 de septiembre. "Capturamos a ese tipo, escribe Bush, que había matado a 3000 personas; pero él decía que sólo hablaría en presencia de su abogado. Y yo pregunto –resuelve Bush- qué opciones teníamos de ser legales".

Tres detenidos “cantaron” por el procedimiento del ahogo simulado y dice Bush que aquello salvo vidas de ciudadanos británicos al frustrarse en la confesión atentados en Heathrow y otra zona de Londres.

Felipe Gonzalez ha vuelto a decir esta mañana que aún tiene dudas morales de lo que NO hizo. Bush no las tiene de lo que sí permitió. La reflexión la dejo en sus manos.


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