Editorial del 28 de octubre de 2010

Si un día informativamente más plano produce en nuestros analistas encontronazos clamorosos, no sé que va a ocurrir hoy, día en que la información viene cargada de asuntos la mar de controvertidos.

Para empezar, el recurso del PP ante el Constitucional por la prohibición de las corridas en Cataluña. Convergentes y socialistas están de acuerdo hoy en que el PP intenta ganar en los tribunales lo que pierde en los parlamentos. El caso es que ahí está el recurso. Como otro que ha planteado la sala de lo social de la Audiencia nacional que tiene dudas de la constitucionalidad del recorte de salarios a los empleados públicos, no confundir con funcionarios, por cierto. A nadie se le escapa que esta medida de austeridad aprobada por el gobierno es una de las que contribuyeron a tranquilizar a los mercados que estaban castigándonos.

Se supone que si Montesquieu y su separación de poderes sigue siendo condición indispensable para que la democracia funcione, bienvenidos ambos recursos... que la justicia se pronuncie aunque sea en contra de decisiones aprobadas por los representantes del pueblo. Eso sí, que los jueces reflexionen sobre las consecuencias, porque haberlas, haylas o las habrá.


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