Editorial del 26 de febrero de 2010

Científicos españoles del hospital Clínic de Barcelona acaban de hallar la respuesta a una excepcionalidad. Los médicos de todo el mundo habían comprobado que un pequeño porcentaje de personas portadoras del SIDA conseguían controlar su propia enfermedad hasta el extremo de no precisar medicación. ¿Por qué algunos seropositivos conseguían ellos sólos tal prodigio, mientras otros contraían la enfermedad pese a ser altamente medicados?. Un equipo español ha estado 3 años investigando y ha encontrado la respuesta. Y la respuesta se llama Alfa Defensinas, unas moléculas que segrega de forma natural el organismo y que sólo el 5% de los seropositivos son capaces de producir en cantidades ingentes. Las necesarias para controlar la enfermedad sin medicación. Los científicos del Clinic han bautizado a esos enfermos como “controladores de élite”. Ahora el reto es conseguir que los que no fabrican por sí mismos esas Alfa defensinas, sean estimulados para que lo hagan.

Seguro que a ustedes también les ocurre: nos da una enorme satisfacción tener científicos de primera categoría, de cuya existencia nada sabemos hasta que pronuncian en público su “eureka”. Y la satisfacción crece cuando sabemos que la persona que propuso y dirigió ese estudio es una joven doctora que no alcanza los 30 años y que a esta hora imaginamos levantándose para acudir al hospital general de Massachussets donde es investigadora post-doctoral.


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