Editorial del 15 de junio de 2009

Poco después de las 2 de la tarde, se ha sabido que el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Antonio Pedreira, ha visto indicios suficientes contra el senador Bárcenas, tesorero del partido popular y el diputado nacional Jesús Merino. Por ello el juez Pedreira ha enviado el espeso caso Gürtel que afecta a ambos aforados al Tribunal Supremo. Es veraz, según el juez, que ambos cometieron delitos a la luz de las nuevas pruebas que la policía judicial ha ido poniendo sobre la mesa. Hablamos de decenas de millones de euros en un caso y de centenares en el otro, que la red de Correa habría entregado.

Antonio Pedreira no es ni el juez Garzón ni el fiscal anticorrupción, sino el juez del TSJ de Madrid encargado de la trama Gürtel. No va a poder ser acusado de animadversión, venganza, ni de modos inquisitoriales.

Y vale, La presunción de inocencia es la garantía de todo acusado, pero en el ámbito político presumir que alguién es inocente no es suficiente cuando se mantienen tozudamente las imputaciones, tribunal tras tribunal.

Dice Rajoy que si se demostrase la culpabilidad, el partido actuaría en consecuencia y con contundencia. Faltaría más, podríamos añadir.


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