Editorial del 4 de junio de 2009

Barak Obama, seguido, dicen, por más de mil millones de musulmanes del mundo entero, ha pronunciado un discurso en el palacio de Quba, en El Cairo, que tenía que ser histórico y que, desde luego, promete serlo por la audacia, el coraje y la claridad con la que se ha expresado. La intervención del primer presidente americano, hijo de musulmán, ha rezumado desde el principio esa propuesta: volvamos a empezar, sabiendo que somos diferentes y que ello no implica que no podamos respetarnos ni tener intereses comunes. La expectación mundial se ha visto justificada en esas y otras palabras. "Es innegable que el pueblo palestino ha sufrido dolor y nunca ha conseguido vivir en paz” ha dicho Obama. Pero también que” los judíos han sido perseguidos a lo largo de la historia y negarlo es de ignorantes".

Afirmaciones del presidente americano que ha tenido, incluso una referencia a Andalucía, Al Andalus, como modelo de tradición de tolerancia del Islam.

La frase final tiene la épica de esas sentencias llamadas a ser recordadas con el paso de las décadas. Escuchen: "tenemos el poder de alcanzar el mundo que queremos, si tenemos el coraje de volver a empezar".


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net