Editorial del 4 de febrero de 2013

Hay personas que debieran cobrar un plus –obviemos cualquier otro concepto- por la difícil situación en que las coloca la circunstancia en que se encuentran.

Cospedal, Sáez de Santamaría, González Pons y esta mañana, Carlos Floriano, han tenido que enfrentarse, ellos sí, a ruedas de prensa con preguntas donde “el plasma” habrá sido lo que han sentido subir a su rostro ante determinadas preguntas. En la política, el gregario es tan importante como en el ciclismo y hay que cortar el viento y sacrificarse a fondo por el que lleva el maillot amarillo. Este mediodía le ha tocado en suerte a Carlos Floriano, vicesecretario de organización, que ha anunciado acciones judiciales contra todos los que han publicado o difundido que su partido se financió ilegalmente.

A falta de saber qué tipo de acción será y contra quién en concreto, a Carlos Floriano también le han preguntado por el exmarido de Ana Mato. Y resulta que sí, que pese a estar imputado en la trama Gürtel, el señor Sepúlveda, sigue trabajando para el partido y cobrando su sueldo mensualmente, aunque lo hace desde casa. Según Floriano no se le puede echar porque sería despido improcedente. Un periodista le ha recordado al señor Floriano que con la reforma laboral vigente eso sale hoy baratito.


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