Editorial del 2 de octubre de 2012

A las 9 y media de la mañana ha empezado la quinta Conferencia de presidentes autonómicos, un encuentro creado por el gobierno Zapatero, y que hoy servirá a Rajoy básicamente para tocar a rebato y cuadrar a los que puede meter en cintura, o sea, a los suyos.

No es fácil que ninguno de los barones o baronesas del PP se atrevan a discutir las decisiones gubernamentales, máxime cuando tienen allí sentados al presidente, a la Vicepresidenta y a la secretaria general.

Solo Patxi López y Griñán se han atrevido a pedir lo que todos habrán aplaudido en silencio: que se reparta equitativamente el sacrificio, de modo que las comunidades tengan el mismo techo de gasto que la administración del Estado. Parece lógico cuando son las autonomías quienes tienen competencias en Sanidad, Educación y servicios sociales...

Artur Más parece que ha tenido un papel más que discreto. Ha sido su portavoz en Cataluña, Francesc Homs el que ha dicho sin anestesia lo que piensa Convergencia, “que son unos presupuestos que dan miedo por asfixiantes”.

Vamos a ver si se alcanza el documento de mínimos al que aspira Moncloa. La respuesta llegará cuando se levante la sesión.


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