Editorial del 22 de marzo de 2012

El terrorista yihadista francés, del que el mundo entero estaba pendiente, murió tras 32 horas de cerco policial al lanzarse por la ventana de su apartamento.

El presidente Sarkozy ha felicitado al ministerio del interior y la gendarmería en un discurso muy institucional y medido, en el que ha apelado a la unidad nacional y a los valores de la república francesa.

Todo eso está muy bien pero aparecen algunas dudas. Si Mohamed Merah estaba controlado por la policía, si había sido interrogado por los servicios de inteligencia franceses hace 4 meses, si se sabía que este criminal pertenecía a un grupo de peligrosos salafistas -que se reunieron en Barcelona, por cierto, la última vez-, si había pasado por Pakistán y Afganistán dejando rastros de su carácter algo más que sospechoso...

En fin, si ya había matado a tres militares... ¿por qué pudo matar a otras 4 personas, 3 de ellos, niños? ¿Hubo negligencia por parte del ministerio del Interior o de los servicios de inteligencia? ¿De qué sirve que cada día decenas de miles de europeos se desnuden prácticamente en los aeropuertos por razones de seguridad y luego un tipo así, detectado hace mucho, pueda matar hasta a 7 personas?


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net