Editorial del 4 de octubre de 2011

El 80% de la población tiene al paro como su principal preocupación. Esa es la foto sociológica de España que el CIS ha revelado en su último barómetro. Haz razones sobradas para ese pesimismo colectivo. Basta recordar las cifras del paro de septiembre conocidas esta mañana, la “segunda oleada de destrucción de empleo” en palabras del líder sindical Cándido Méndez.

¿Cómo es posible que siendo un buen año para el turismo en España el aumento del desempleo haya sido tan brutal en septiembre?. Una parte importante de los que han perdido su empleo son personas antes empleadas en el sector público, en sanidad y en la docencia. Por primera vez hay menos profesores en las escuelas que el año anterior pese a que los alumnos han aumentado. Está claro que los recortes públicos de las diversas administraciones ya se dejan sentir, aunque sean solo la mitad de lo que debieran ser, si el altar de la austeridad extrema y la lucha contra el déficit es lo único que inspira la política económica de Europa.

Reputados economistas claman en el desierto desde hace tiempo. Advierten que la obsesión por combatir el déficit solo puede empeorar la situación general. Como dice Paul Krugman, “hay una distancia muy grande entre lo que el euro necesita para sobrevivir y lo que los dirigentes europeos están dispuestos a hacer o, incluso, a considerar. Por eso es difícil encontrar motivos para el optimismo”. No hay más que mirar al CIS, el 32% de los españoles, sin ser economistas dicen que dentro de un año será peor.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net