Editorial del 13 de diciembre de 2010

Por primera vez desde hace 12 años el número de abortos en España ha bajado. Y esa es una buena noticia tanto para partidarios como detractores de la nueva ley del aborto.

Un descenso del 4% no es un porcentaje espectacular pero sí apunta tendencia, la misma por cierto que la experiencia ha demostrado en nuestros países vecinos: allá donde la ley es más permisiva, hay más educación sexual, y se usan más métodos anticonceptivos es donde hay menos embarazos no deseados. El caso paradigmático es Holanda. Allí donde la ley es la más laxa de Europa es también donde más esfuerzo se hace en educar a los jóvenes en la responsabilidad. El acceso a los anticonceptivos es fácil y por eso tiene una de las menores tasas de aborto.

Hablar de sexo con los hijos o educarlos en la responsabilidad no provoca que éstos practiquen más sexo si no que, llegado el momento, lo hagan con protección. Eso dicen los expertos que sin embargo no han conseguido en España que siempre que se habla de educación sexual no se topen con furibundas reacciones conservadoras, de los que creen que lo que no se nombra no existe.

Que el numero de fracasos –como tal hay que entender el aborto- haya disminuido un 4% debiera mover a la reflexión.


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