Editorial del 15 de octubre de 2010

En la entrega de los premios Príncipe de Asturias, el próximo viernes día 22 de octubre, no estarán ni los jugadores del Barça ni los del Real Madrid. Ya saben que la roja consiguió el más alto galardón que puede alcanzarse en nuestro país por su actuación en el mundial. Pues bien, ni Xosé Mourinho ni Pep Guardiola autorizan que los internacionales del Madrid y del Barça viajen a Oviedo a recoger personalmente su Príncipe de Asturias al Deporte.

O sea ni Iker Casillas, ni Puyol, ni Iniesta, ni Villa –que es asturiano- ni nadie de los dos grandes equipos estará presente en la entrega. La razón es que es el viernes y al día siguiente, ambos tienen partido por la tarde. Es posible que la negativa de los entrenadores esté muy justificada desde el punto de vista deportivo, incluso desde el económico –en el fútbol español los euros se mueven por miles de millones- pero a los que estamos fuera de la órbita deportiva nos deja sorprendidos. ¿El Barça y el Madrid no pueden pagar un avión privado que los lleve media hora antes a Oviedo y les devuelva a dormir a su casa a las 10 de la noche? ¿o es que ningún futbolista sale jamás por la noche el día antes de un partido?

Es seguro que los ovetenses esperaban con enorme ilusión ver a ese grupo de campeones, que tantas lecciones han dado y no sólo como deportistas. Y es posible que la Casa Real también se lamente de esa ausencia –aunque nunca lo dirá en público-.

Tendremos que conformarnos con del Bosque.


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