Editorial del 10 de septiembre de 2010

Los estudios de cine de la Paramount, han difundido este mediodía en un comunicado que su primer parque en europa se instalará en Murcia. Las golosas cifras de ocupación que ese centro podría crear en España alcanza los 20 mil empleos, así como la movilización de 15 mil nuevas plazas hoteleras en la zona. La noticia es excelente, de esas que habría que celebrar con cava abundante, de no ser por la duda de su financiación. Aunque es cierto que la Paramount cede su marca, que no es poco, y la licencia para que se use toda su filmografía en la explotación del complejo, parece que no va a desembolsar ni un céntimo. ¿Quién o quienes serán entonces los inversores? ¿De dónde saldrán los cientos de millones de euros necesarios para la construcción de un parque tan ambicioso?. No son ganas de echar agua fría a una buena noticia, pero en tiempos de tribulación hay que ser prudentes en la gestión de las alegrías. Y si no, que se lo pregunten a los aragoneses con aquel parque de ocio en los monegros que debía ser el segundo más grande del mundo tras el de las Vegas y de cuya vida hoy nada sabemos: bueno sí, oscila entre la agonía y la inmediata certificación de la muerte.


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