Editorial del 4 de febrero de 2010

Casi nunca hablamos de ciencia, pero hoy un descubrimiento médico compartido por dos universidades de prestigio como Lieja y Cambridge, bien merece el primer minuto del programa. Los médicos han conseguido comunicarse con el cerebro de un joven en coma desde el 2003. El paciente tiene sólo 29 años, desde los 22 se encuentra en estado vegetativo por un grave accidente de tráfico, y según publica una de las revistas más importes de avances científicos, consiguió responder sí o no con impulsos cerebrales que quedaron registrados en un scáner de última generación.

Primero los científicos se dieron cuenta de que su cerebro registraba actividad cuando se le hacían preguntas, la misma que una persona sana... y cuando se atrevieron a hacerle preguntas sencillas y concretas de respuesta SI o NO, observaron que el paciente en coma acertaba sin ningún error. El neurólogo de Cambridge quedó asombrado, lo probó con otros pacientes, también en coma, y en cuatro casos detectó signos de conciencia.

Nos ha parecido una noticia tan espectacular como inquietante. No quiere decir que sean pacientes recuperables, ni que todos los que están en coma tengan actividad cerebral, pero como ha dicho otra neuróloga del estudio, en aquellos casos en que sí hay esa actividad, podrían ser interrogados sobre su dolor e incluso podrían decir sobre si desean o no seguir viviendo. O sea, una vez más, lo científico acaba en el terreno de la ética.


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