Editorial del 28 de septiembre de 2009

Empieza la semana de la corazonada, la que defiende la candidatura olímpica de Madrid. Aunque es cierto que la corazonada ha recibido un jarro de agua fría al anunciarse la presencia de Obama en Copenhague para defender el proyecto de Chicago, su ciudad. Se ha sabido hace un par de horas y como hasta hoy se decía que la ausencia de Obama en el momento definitivo de la nominación, nos favorecía pues tendremos que concluir que su confirmada presencia ahora, nos perjudica.

Perjudicado anda también el presidente Zapatero que debe explicar a la ciudadanía las ventajas de la subida de impuestos, justo cuando Angela Merkel ha ganado en Alemania, prometiendo lo contrario.

Y luego están los asuntos de la corrupción en Valencia, tan presuntos como escandalosos. Las chuches sin importancia, que diría Ricardo Costa. Así empieza una semana en la que la píldora del día después puede ya comprarse libremente en cualquier farmacia.

Una semana en que un cineasta genial, Roman Polanski, se extraña de que la justicia le siga persiguiendo por violar a una menor. Al parecer, hacer buenas películas le da a uno derecho a delinquir con total impunidad.


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