Editorial del 3 de julio de 2009

Siempre que el Euskobarómetro hace público un sondeo político, nos damos cuenta de que las opiniones que se emiten en los medios de comunicación sobre el País Vasco, tienen poco que ver con la opinión que tienen los vascos sobre sí mismos. El divorcio entre el País Vasco real y el que se imagina desde el resto de España es tan grande como de costumbre, por otra parte.

Mientras parece haber unanimidad en toda España de lo necesario del cambio político en Vitoria, y por eso se considera higiénico para el sistema democrático, la alianza de socialistas y populares... va y el Euskobarómetro conocido hoy dice que 6 de cada 10 vascos la rechazan. Y no sólo eso: más de la mitad de la población de Euskadi- el 54%- se posiciona en contra de la ilegalización de la izquierda abertzale radical. Habrá que esperar al próximo sondeo para ver si la sentencia de Estrasburgo sobre la ley de partidos, corrige esa percepción mayoritaría.

Y, el último dato, que completa el jarro de agua fría es que el 13% de los vascos acepta el uso de la violencia para obtener objetivos políticos.

Ya se sabía que Patxi López lo tenía difícil y este sondeo pone sobre la mesa los números que lo corroboran. La esperanza está en aquella famosa frase de Galileo: “Eppur si muove”, y sin embargo se mueve...


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