Editorial del 24 de junio de 2009

El líder supremo iraní, Alí Jamenei ha dicho esta mañana que “la calle es suya”, bueno no ha usado esa frase pero para el caso, es lo mismo. “Aplicaré la ley si la calle sigue presionando”... Así ha amenazado a los opositores el principal líder y guia espiritual de Irán, olvidando, como le ha recordado el clérigo Alí Montazerí, que “desoír las demandas del pueblo está prohibido por la religión”... Claro que Montazerí lleva 10 años en arresto domiciliario. Es lo que tiene pensar distinto en una dictadura que tiene a Dios en la boca pero en la mano la pistola para silenciar a los desobedientes.

Para hoy mismo, el reformista Musaví ha hecho una nueva convocatoria de manifestación. El régimen, mientras tanto, acusa a la CIA y al sionismo de la revuelta popular. Y es que toda dictadura, como bien sabemos en España, tiene su enemigo externo.

¿Serán capaces de resistir los opositores? ¿Cuántos muertos más precisan antes de rendirse? A favor de la lucha está la leyenda de que no hay iraníes dispuestos a morir por Alá, pero todos serían capaces de morir por Irán.


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