Editorial del 14 de mayo de 2009

Hace un par de horas, se le ha declarado un incendio, no pequeño, a Mariano Rajoy. Después de semanas de calvario mediático, a las 2 de la tarde de hoy, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, competente para ver la causa de los aforados de esa comunidad en el caso Gürtell, ha llamado a declarar a Francisco Camps como imputado en la trama de corrupción de Correa. No sólo el presidente valenciano ha sido imputado, también su número 2, Ricardo Costa y otros dos ex-altos cargos del PP en el Gobierno de la Generalitat.

El incendio está declarado, decíamos, porque el libro de estilo en vigor en el PP, puesto en práctica por su Comité de Garantías, decía y dice que todos los imputados serán suspendidos de militancia cautelarmente hasta que puedan probar su inocencia.

Tres alcaldes y tres diputados regionales del partido popular han causado baja como militantes cuando la justicia ha pasado a considerarles “imputados”, la misma categoría que tienen desde hace 2 horas Camps y Costa.

Por cierto, un imputado es, en derecho procesal, aquel al que se acusa de la comisión de un delito.

¿Qué dice Rajoy? ¿Qué puede o debe hacer? ... Según Trillo, la imputación de Camps es una buena noticia, porque al fin podrá defenderse.

Como ven, se le puede dar la vuelta a lo que sea como se le da a un calcetín.


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