Ecoteuve.es, 12 de diciembre de 2013

Por David Saiz

La periodista Julia Otero recibió hace unas semanas el Premio Ondas por su trayectoria en la radio, "un medio que es como una maratón", explica en esta entrevista que concede a Ecoteuve.es. "Lo interpreto como un premio a las cosas que he hecho y las que no", dice Otero, que cada tarde presenta Julia en la Onda (Onda Cero).

La recogida del galardón que otorga la Cadena Ser estuvo protagonizada en su caso por una dedicatoria muy especial de la que se hicieron eco todos los medios, dirigida a los periodistas veteranos que se han quedado en la "cuneta".

¿Por qué dedicó el premio a los periodistas veteranos? ¿Se lo han agradecido?

Sí, he recibido muchos mensajes. En los últimos años han despedido a muchos periodistas y muchos de ellos son trabajadores veteranos, con experiencia. Pero es que si aceptamos ruedas de prensa sin preguntas, para eso no hace faltan periodistas, ni veteranía. Se han ido arrinconando a periodistas de todo tipo de medios. Además, los jóvenes son más baratos y aceptan la precarización del empleo porque no tienen otra cosa. Pero el buen periodismo tiene un precio y eso es una obviedad que hay que aceptar. La información es cara y la opinión barata.

¿Es más complicado hacer periodismo en una época convulsa como la actual?

Siempre es complicado. Sí es verdad que en estos tiempos los ciudadanos miran a los periodistas con más exigencia. Hacía tiempo que la gente no me pedía por la calle ser altavoz de algunas cosas. En esta época a los periodistas se nos está mirando de forma distinta, como si volviésemos a ser necesarios.

¿Dónde ha dejado el caballo alado?

En la misma estantería del resto de caballitos. Donde tengo mis objetos queridos, como la trompeta de mi padre, que murió hace seis años.

¿El público es consciente de esto? ¿Cree que el periodismo está desprestigiado?

La ciudadanía aprecia cuando hay buen periodismo. Si se han desenganchado es porque han empezado a no considerarnos fiables. El periodismo de trincheras, además, es terrible y no ha ayudado. Te ponen etiquetas y eso no es bueno.

¿A usted le han puesto muchas etiquetas?

Me han puesto muchas, algunas enloquecidas, pero a veces, viniendo de quien vienen, son casi un premio, porque hay enemigos que te hacen crecer. Las etiquetas son perversas porque son reduccionistas. Todos somos muchas cosas. Pero yo me siento un alma libre, no tengo cuentas pendientes con nadie. A mí nunca me ha llamado un político para pedirme o mandarme nada, por lo tanto, lo que mantengo son mis propias convicciones. Eso sí, trato de rodearme de personas que tiene convicciones diferentes a la mías. Así entiendo yo la pluralidad. La honestidad no es que el periodista no tenga ideología, sino que se sepa rodear de gente que represente a toda la población. Y la independencia, que nadie te llame para dar ninguna instrucción.

De los colaboradores que tiene en la radio, ¿cuál es el colaborador que más 'dolores de cabeza' le da?

Dolores de cabeza sería si dijeran cosas inconvenientes o insultaran. Pero la discrepancia no me da dolores de cabeza. Tengo a gente muy distinta, a veces revolucionan las redes sociales, pero lo entiendo dentro de la pluralidad. Dan riqueza a los contenidos.

¿Es la clave del éxito?

En mi programa cualquier oyente puede encontrar opiniones próximas a la suya. Es mi empeño siempre.

Hablaba anteriormente de etiquetas. ¿Le han llamado más 'catalanista' fuera de Cataluña o 'españolista' en Barcelona?

Las dos cosas. Hay muchas personas que somos como puentes entre aguas turbulentas, que somos catalanistas y españolistas en función de dónde estemos. Es una posición terrible, pero que yo mantengo. He dicho muchas veces que no soy independentista, lo que pasa es que puedo entender que haya una parte de la población de Cataluña que se siente independentista y la forma de responder a eso no es dando portazos. Pero eso no quita que a personas de Madrid les parezca que soy tibia. Ser independentista es una aspiración legítima.

¿Qué te parece que la Generalitat demande a Intereconomía y 13TV?

Si yo hubiese tenido que demandar a quien ha usado determinados adjetivos para definirme en redes sociales o algunos medios de forma calumniosa o infame llevaría años en los tribunales. No soy partidaria de judicializar todas esas cuestiones. Esas ideas maximalistas y calumniadoras se combaten mejor con las ideas y el debate que en los tribunales, pero entiendo que a veces las cosas tienen un límite y la frivolización de conceptos como el nazismo es peligrosa por ignorante. Pero insisto, no soy partidaria de ir a los tribunales.

Volvió recientemente a televisión con dos especiales en Antena 3. ¿Tendrán continuidad?

La experiencia en Antena 3 ha sido estupenda. Todos quedamos muy satisfechos de esos dos especiales que eran de tele pública en una tele privada. Todos me han dicho cosas estupendas porque era un programa difícil de hacer. Fue muy grata experiencia. No sé si habrá algún especial más, yo me siento muy querida en el grupo y no lo descarto.

¿Cómo vivió el cierre de Canal 9 como periodista? ¿Cree que debía seguir o que había perdido su objetivo de servicio público?

En España, salvo una época en el último Gobierno de Zapatero, la historia de las televisiones públicas es la historia de televisiones de partidos que gobiernan en cada momento. Son televisiones progubernamentales. Pierden la esencia de lo que deberían ser. Cuanto más nos alejamos del modelo BBC, al que temen los primeros ministros como un dolor de barriga, más nos acercamos a la antitelevisión pública.

Lo ocurrido en Valencia era flagrante, la falta de verdad en sus informativos y programas. Ahora, resulta cuanto menos chocante que cuando pierden el empleo esos periodistas digan lo que estaba ocurriendo. Humanamente se puede comprender, porque todos los trabajadores tienen hipotecas e hijos, pero la lectura que debemos extraer es que cuando uno pierde la dignidad luego también puede el empleo, así que no compensa.

¿Qué ve Julia Otero en la televisión?

Veo El Intermedio, Salvados y El Objetivo de Ana Pastor. También veo la serie Masters of Sex de Canal Plus.


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