Texto: J. L. Gómez

La popular periodista Julia Otero vuelve a introducirse en nuestros hogares a partir del miércoles, día 30, con el programa La ronda, que Televisión Española emite en su primera cadena a la nueve de la noche.

"Se trata de un programa de entrevistas intimistas en el que trataré de crear un clima desenfadado. Lo que está claro es que no va a parecerse en nada a La luna, porque ésa es una etapa pasada. Me gustaría, sobre todo, sorprender al público y que fuera un programa ameno", señala la periodista.

Julia se dio a conocer en Televisión Española con la presentación del programa concurso 3 x 4, que en pocas semanas alcanzó un gran nivel de audiencia, gracias a su simpatía y buen hacer profesional. Posteriormente, los dirigentes de TVE confiaron en ella para conducir uno de sus programas estrella, La luna, que la convirtió en muy pocos meses en una popular figura de la televisión pública.

Sin embargo, Julia decidió tomarse un respiro y dejó Televisión Española para refugiarse en la radio -medio en el que se formó como profesional del periodismo en distintas emisoras de Barcelona- y trabajar en uno de los programas estelares de las ondas españolas, Protagonistas, junto al periodista Luis del Olmo.

El pasado mes de diciembre, Televisión Española le propuso participar en el programa especial de fin de año, y Julia Otero volvió a demostrar su gran dominio del medio, encandilando al público con Telepasión española, que se emitió en la noche de fin de año. "Era una decisión muy arriesgada, pero también constituía una oportunidad única, porque es un tipo de emisión que no puedes hacer cuando tú quieras", afirma.

Telepasión Española ofreció, de forma entretenida, una visión original e irónica de algunos profesionales de la televisión, como Joaquín Prat, Ricardo Fernández Deu y Pedro Piqueras, a quienes Julia hizo cantar y bailar; incluso, ella misma sorprendió a los telespectadores cantando una versión del tema Blue moon con un estilo sensual muy marcado. Su humor y su desenvoltura tuvieron una tremenda aceptación y recibieron una crítica favorable para el programa. Ahora, Julia vuelve a ponerse frente a las cámaras con un espacio hecho a su medida y con ánimo de sorprender.

- ¿Cuáles son las principales diferencias del programa La ronda con La luna?

- Se trata de un programa de entrevistas, pero ya estoy vacunada contra los programas de entrevistado único, porque son muy difíciles y no hay muchos personajes en España capaces de mantener la atención del telespectador durante una hora. En esta ocasión, entrevisto a personajes anónimos, que no salen habitualmente en los medios de comunicación, pero que tienen algo interesante que decir y transmitir al público.

- ¿Es el medio televisivo su mayor pasión?

- No. A mí los grandes conceptos, entre los que incluyo la pasión, me dan un poco de miedo. Mi pasión la tengo muy fragmentada entre la televisión, los amigos, regar las plantas o perderme en el monte. Pero, desde luego, no se centra únicamente en el trabajo.

- ¿Tiene despistes?

- Sí, y supongo que la gente ya se habrá dado cuenta. Soy muy despistada: de pronto, en una conversación me quedo en blanco y no sé cómo seguir adelante. Olvido cosas y soy de esas personas que deben llevar una agenda con todo muy bien apuntado, pero luego se olvidan de mirarla.

- ¿A usted le angustia el futuro profesional?

- No me angustia por una razón: el día que no me divierta lo que hago o deje de interesarle a los espectadores, lo dejaré todo y me dedicaré a otra cosa. Y es que cada vez tengo más conciencia de lo efímero que es este trabajo.

- De todos los personajes que ha entrevistado, ¿cuál de ellos le ha cautivado más?

- Me han cautivado diversas personas y por diferentes razones. Pero, puestos a elegir, me quedaría con Anthony Quinn, por su capacidad de cambiar el semblante, de cambiar de actitud, de convertirse en un ser brillante, expresivo y lúdico en el momento en el que se sabe protagonista de un programa de televisión.

- ¿Qué fue lo que le impresionó de Alfonso Guerra?

- Él me confesó, durante aquella famosa entrevista en La luna, que, como buen Géminis, tiene un poco de doble personalidad, y yo pienso que sí, que es así. Yo creo que, como cualquier ser humano, Alfonso Guerra en un hombre que en el fondo busca que le quieran y a quien le gusta sentirse querido.

- ¿Se considera una mujer afortunada?

- Sí, creo que sí, aunque a veces he tenido la sensación de que me acusaban de eso mismo, de haber nacido en un repollo debajo de un foco, donde me encontraron y me ficharon. En cambio, puedo decir que desde hace tiempo tengo los calcetines largos...

- ¿Cree que no se valora su anterior experiencia?

- Sí, así es. De cualquier forma, me considero una mujer absolutamente ambiciosa y me haría ilusión entrevistar incluso al presidente del Gobierno.

- ¿Cuáles son sus artes para conducir a los entrevistados hasta donde desea?

- Creo que doy algunas vueltas antes de atacar. Lo hago, yo diría, con guante de terciopelo, sutileza, seducción y complicidad hasta conseguir llegar a ellos.

- ¿Cómo lleva su enorme popularidad?

- No muy bien, porque soy una persona bastante tímida y no me gusta sentirme observada. Antes, cada vez que me miraban pensaba que llevaba una carrera en la media o un botón desabrochado.

- ¿Cómo ve usted su futuro? ¿Piensa que es posible que esa fama sea aún mayor?

- Esas cosas nunca pueden saberse a ciencia cierta. Es muy posible que dentro de unos años nadie se acuerde de mí y me hayan olvidado.

- ¿Cómo definiría su propio carácter?

- Creo que soy bastante constante en mi carácter, en mi temperamento. Lo que sí reconozco es que tengo mal genio, que soy una mujer muy temperamental, pero al cabo de cinco minutos se me pasa, y si luego tengo que pedir disculpas, lo, hago sin problemas.

Julia Otero nació en Monforte de Lemos, en la provincia de Lugo, pero desde los tres años vive en Barcelona, ciudad en donde creció y en donde tiene todas sus referencias escolares y sus amistades.

"Mi paisaje urbano de fondo es Barcelona, aunque sea gallega de origen", confiesa. En una emisora de radio de la Ciudad Condal conoció a su marido, Ramón Pellicer, que también es profesional del periodismo (presenta el Telediario de la tarde en TV3) y muy conocido en Cataluña, pero no tan popular en el resto de España como su mujer.

- ¿Ha sentido su marido celos en algún momento por su éxito televisivo?

- No, porque es una persona inteligente. Yo siempre digo que, afortunadamente, Ramón y yo nos conocimos mucho antes de que empezase yo en televisión. Y, así, uno tiene las cosas claras desde el principio.

- ¿A qué o quién tiene usted miedo?

- Yo soy muy miedosa, pero miedosa de pequeñas cosas. Por ejemplo, me aterrorizan las cucarachas.

- ¿Qué es lo que puede hacerle perder los nervios?

- Casi todo. La impuntualidad, el puente aéreo, el funcionamiento del teléfono a horas puntas, las vías de circulación atascadas, la hipocresía, la incompetencia, la torpeza...


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