Entrevista publicada en la revista Lecturas en 1991
Texto: Esperanza Navarrete

"Tenía muchas ganas de volver a la radio con todas las cartas necesarias para hacer un buen programa. Un programa en el que tengan cabida los temas que más calientan y excitan a la gente." Y así, apasionada y entusiasmada, Julia Otero no oculta la satisfacción de ponerse de nuevo ante un micro. "En radio acabas dando de ti más de lo que quieres." 

"La radio de Julia" se emite de lunes a viernes de once de la noche a una de la madrugada por Onda Cero. "Es una radio muy fresca -dice- en contacto muy directo con el oyente. Mi pretensión es que tengan cabida en el programa los temas que interesan de verdad a la gente. Temas que calienten y exciten a las personas, estén o no al hilo de la actualidad. Lo que quiero es que la vida entera esté reflejada en él. Que un día nos riamos mucho, que otro día estemos más melancólicos, que en otra ocasión el programa sea más crispado... " 

- ¿Cómo ha sido tu vuelta a la radio? ¿Has pasado más o menos nervios que ante una "première televisiva"? 

- La radio siempre es más tranquila que la televisión, lo cual no quiere decir que tenga menos responsabilidad. Mi vuelta a la radio ha tardado mucho en producirse -cuatro años desde que pedí la excedencia para marcharme a la "tele"-, no porque no haya tenido ofertas, sino porque pensaba que necesitaba desintoxicarme de ella para luego cogerla con más ganas y más ilusión. 

- Tú has dicho que con la radio mantenías una relación de amor-odio...  

- Bueno, lo que ocurre es que en mis inicios y en mi consolidación profesional en el mundo de la comunicación, yo -al igual que muchos jóvenes, pero sobre todo las mujeres- asistí a muchísimas injusticias. Recorrí los peores horarios, levantándome a las 5 de la mañana, trabajando con escasos medios, ganando poquísimo dinero... con el consabido cabreo cada final de mes. Y claro, no es que sea exactamente una relación amor-odio sino que tenía ganas de volver a la radio con todas las cartas necesarias en la mano para poder hacer un buen programa. 

- Las injusticias de las que hablas, ¿tienen algo que ver con el hecho de que haya tan pocas mujeres que hayan triunfado en la radio? 

- Sí, la verdad es que hay muy, muy pocas que lo hayan conseguido. A diferencia de lo que está ocurriendo en televisión, en la radio se sigue considerando que hay franjas horarias que tienen que ser feudos completos de los hombres. 

Debido a la corta vida del programa, aún no hay datos de audiencia sobre él, pero tanto Julia como el resto del equipo están deseando poder conocer el resultado de su trabajo. "Aunque no tengamos cifras, lo que sí sabemos es que está pasando algo en la radio nocturna y un sector de la audiencia se está enganchando a nosotros", dice. 

- ¿Qué diferencias hay entre aquella chica de 18 años que colaboraba en la radio, con la mujer y profesional consolidada de la actualidad? 

- En mi actitud personal hay menos diferencias de las que se pueden suponer, al contrario de lo que ocurre con mi entorno. Por lo que respecta a mí, yo sigo viniendo cada día 6 o 7 horas antes de que empiece el programa, ceno cada noche con mis compañeros, muchas de ellas a base de bocatas... Lo que sí ha cambiado mucho es la responsabilidad profesional. Es evidente que, puesto que ahora me pagan mucho más que antes, también me tienen que exigir mucho más. 

Aunque ella asegura que su actitud personal no ha cambiado en los últimos años, su celo por mantener al margen su vida privada la ha convertido en una persona muy reservada. Su popularidad es tal, que Julia procura no hablar sobre sus planes personales y su vida íntima para evitar que haya filtraciones o se malinterpreten sus palabras. De esta forma impide que la puedan localizar en sus lugares de vacaciones o que se lancen rumores infundados sobre ella, como ocurrió hace un tiempo sobre su supuesta crisis matrimonial. Sin embargo, su profesionalidad y su pasión por la radio hacen que ante un micrófono la periodista olvide sus precauciones para pasar a ser una Julia espontánea, capaz de dar lo mejor y lo más profundo de sí misma. 

- ¿La radio te permite ser más tú misma que la televisión? 

- La radio es un medio muy próximo al oyente, y eso hace que tú te desnudes más ante ese medio. Dos horas seguidas, hablando cada día por la radio, te descubren muchísimo más que una hora semanal por televisión. Y más en un tipo de programa como el que yo estoy haciendo ahora, en el que acabas dando de ti más de lo que, quieres. 

- Tus posiciones feministas son cada vez más firmes, ¿eso a qué se debe, a que el medio lo permite más o a que te has radicalizado en los últimos tiempos? 

- No, no me he radicalizado, todo lo contrario, con el tiempo uno aprende a ser más tolerante. Pero lógicamente en los temas que yo pongo a debate o proponen los oyentes hay que tomar posiciones y yo no puedo mantenerme al margen. Si yo les pido a los oyentes que se impliquen, que digan, que cuenten sus historias personales... es a cambio de que yo haga lo mismo. 

- Por cierto, en uno de los programas te definiste como una persona muy, muy romántica...  

- Eso surgió a raíz de una apreciación que hizo el antropólogo, que dijo que normalmente el hombre y la mujer están juntos porque se necesitan, no porque se quieran. El no creía en absoluto en el amor y frente a esa posición yo le dije que no podíamos ser tan poco románticos, que a mí me gustaría que la persona que estuviera a mi lado fuera porque me quisiera, no porque me necesitara. Aunque, lógicamente, el amor crea dependencia y mucha necesidad. Tanta que te hace incluso desubicarte cuando no estás cerca de esa persona. Y la verdad es así, yo me siento una persona absolutamente romántica. 

- ¿En qué crees tú que va a desembocar la situación en la que vive la mujer actual, de tener que combinar su condición de ama de casa, mujer trabajadora y, además, obligada a estar permanentemente bella y presentable? 

- Eso es una prueba de que a la mujer siempre se le exige más, pero tendrán que pasar bastantes años para saber cómo es su evolución. De todas formas será un camino largo y difícil porque a la mujer se le sigue sin perdonar que no se ocupe en cuerpo y alma de su casa y de su familia. Sin embargo, paralelamente, cada vez se le exige más profesionalmente y, por supuesto, dentro de un envoltorio lo más agradable posible. Por otra parte, a los hombres les está ocurriendo lo mismo en estos momentos. Es decir, un hombre que descuide su imagen y su aspecto, no es un individuo con demasiada proyección social, ni con éxito. 

El cambio de la "tele" por la radio ha liberado a Julia de la necesidad permanente de tener un aspecto original e impecable. "A la radio puedes venir tranquilamente con una coleta, los tejanos y una camiseta", explica. 

Julia, que tiene 31 años en la actualidad, asegura que el cambio de década ha sido muy positivo para ella. "Yo creo que los 30 años -dice- son una experiencia espléndida. Además, yo soy una persona no tendente al optimismo, pero sí a lo vital y siempre pienso que lo mejor aún está por llegar. Con el tiempo, también vas encontrando un cierto equilibrio, o al menos aprendes a no hacerte daño a ti misma, a resignarte con lo que hay, con lo que se tiene y con lo que eres. Es un intento de utilizar todo lo que tienes a tu alcance para ser feliz y disfrutar de la vida.

Julia dice que la gente la reconoce por la calle igual que cuando salía por la pequeña pantalla. "Aunque la época más fuerte fue en la que hice el "3 x 4". Yo creo que en aquel momento el peinado me marcó muchísimo y por mucho que me intentara parapetar detrás de unas gafas de sol o un sombrero era imposible pasar inadvertida. " Tanta fue la incidencia de su "pelo pincho" que Julia asegura que muchos peluqueros le han comentado que en aquella época, y aún queda gente qué lo sigue haciendo, muchas chicas pedían un peinado "a lo Julia Otero". 

- Tu marido, Ramón Pellicer, -que presenta a mediodía el telediario en la televisión catalana- empieza a ser casi tan popular como tú en Cataluña...  

- No, casi no. Tanto o más popular que yo -se apresura a decir- Ahora lo que ocurre es que cuando vamos juntos, el uno es como una flecha que señala al otro, porque la gente cuando ve a uno busca automáticamente al otro.

Y hablando de personajes populares, Julia se muestra orgullosa de haber conseguido la participación de Isabel Preysler en uno de sus primeros programas de radio. "Después de su intervención recibimos un montón de llamadas de gente que se mostró muy sorprendida de su amabilidad y, sobre todo, de su normalidad".

Julia piensa que el 92 va a ser un año importante para los españoles y ella quiere participar, a su manera, con esta fecha mágica. Por ello será en el 92 su vuelta a la televisión, probablemente con dos programas muy diferentes. El primero, siguiendo su habitual línea de "magazine" televisivo, y el otro, tendría relación directa con los Juegos Olímpicos. Sin embargo, aún no hay nada concreto y, ni siquiera, ha decidido la cadena de televisión en la que "volverá a dar la cara".


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