Editorial del 2 de abril de 2024

Dice la Real Academia de la Lengua que la concordia es sinónimo de conformidad y de unión. Pero en los últimos meses estamos viendo cómo la derecha española está usando ese término como antónimo de memoria, derogando y torpedeando la Ley de Memoria democrática, allí donde la suma con la ultraderecha se lo permite o se lo impone.

No hay mejor concordia que la de que se haga justicia. Por ejemplo, la de recuperar los restos de los que, aun por miles, siguen estando en infinidad de fosas repartidas por toda España. Hora de que desaparezcan de placas o lugares públicos los homenajes a todo tipo de verdugos que hubo durante el franquismo. ¿Por qué hablan de reconciliación cuando en realidad quieren decir olvido y desprecio? Es la pregunta que trasladamos hoy a nuestro gabinete.

De momento, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha anunciado que el Consejo de Ministros estudiará llevar esas leyes ante el Tribunal Constitucional, tanto la derogación de la Ley de Memoria Histórica en Aragón como las leyes de concordia presentadas en la Comunidad Valenciana y Castilla y León. Es muy sintomático que las primeras decisiones que se toman en comunidades donde Vox ha alcanzado el gobierno sean precisamente esas y le llaman concordia.

 


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