Editorial del 7 de octubre de 2013

La presidenta del PP catalán ha ido a Madrid esta mañana a sugerir otra estrategia y le han dado un portazo en su propia casa.

Alicia Sánchez Camacho ha contado a los suyos que no pueden seguir instalados en el inmovilismo porque en Cataluña siguen pasando cosas cada día, entre otras que su partido puede volver a la irrelevancia electoral. Propone la presidenta del PP catalán que, al igual que ocurre con los Lander en Alemania, hay que poner límite a la solidaridad. Es decir, si uno tiene 100 y otro, 50, el primero puede dar 20 pero no 30 porque entonces la comunidad receptora tendría 80 y la dadora 70. Así funciona la solidaridad en Alemania donde también se comprueba en qué partidas se gasta el dinero recibido, es decir que las ayudas siempre son finalistas.

Que el café para todos ha fracasado, hace tiempo que lo dicen muchos, entre ellos Esperanza Aguirre. Sin embargo el gobierno huye de cualquier planteamiento que no sea insistir en él. Aunque cabe otra posibilidad: que el portazo dado a Sánchez Camacho sea teatral para consumo.


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