El Mundo, 29 de septiembre de 1998

ENCARNA JIMENEZ

La semana que viene es el único programa informativo que, esta temporada, intenta experimentar un nuevo formato. Tele 5, que no hace tanto tiempo tenía aquel horror de Zoom en la noche del domingo, ha decidido hacer un experimento de calidad con buenos ingredientes, pero mezclados de una manera curiosa. En primer lugar, la recuperación de Julia Otero para la pequeña pantalla es un acierto. Si en radio tiene tablas, su experiencia televisiva tampoco la ha olvidado. Buena presencia, cierta frescura y dominio de la situación la caracterizan. La noche del estreno hizo gala de esas prendas, pero, puesto que es un programa complejo, tendrá que ayudar a cuadrar unos cuantos elementos que aún no encajan.

En primer lugar, hay un cierto desajuste entre lo que promete el título -el avance de lo que será noticia la semana que empieza- y la necesidad de llevar invitados que den juego, aunque sea por algo pasado. Anteayer contó con la presencia de Javier Clemente, Joaquín Almunia e Isabel Pantoja, los tres quedaron bien, pero no adelantaron grandes noticias. Lo que sí está claro, si hemos de atender a la estadística y al espíritu del primer programa es que esta semana y las venideras los vascos van a ser el centro de la información nacional. La directora de La semana que viene, Teresa Doueil, es de Bilbao y no es extraño que echara mano de tres o cuatro compatriotas para entrevistar o ser entrevistados. Tampoco tenía escasa representación Cataluña porque, además de Julia Otero, que es medio catalana aunque por su lado gallego cierra el pacto de Barcelona a nivel televisivo, el realizador es Sergi Shaff, un clásico de los concursos y profesor con trienios en la Universidad de Barcelona. Queda así bastante explicado que el peso político anduviera en la periferia y el mundo del espectáculo quedara para Madrid y Andalucía. Una visión descentralizadora que, sin ser novedad en Tele 5, tampoco creo que acabe siendo la seña de identidad de un programa que cuida tanto los contenidos como la puesta en escena.

De hecho, uno de los datos sorprendentes es que profesionales vinculados a la producción de series de ficción -Oristrell y los de Boca a Boca- estén llevando el timón de este semanal. Quizá por eso salen todos tan bien maquillados y los actores de Todos los hombres sois iguales tienen más tiempo para hacerle preguntas a un doctor sobre la Viagra que Cuní, Zarzalejos y Sáenz para entrevistar a Joaquín Almunia.

Julia Otero sabe controlar la información política y la de sociedad, pero anteayer el programa cojeó en dos momentos. La intervención de Juan Pedro Valentín informando desde Bonn sobre la victoria de Schröder fue bastante floja y los periodistas que llevaron al estudio para analizar la semana política no rascaron bola. A ver qué pasa el domingo que viene, porque el pasado salió con cierto garbo.


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