Artículo publicado en el diario El Mundo el 19 de julio de 1998
Texto: Luis Oz

En el último día de junio se publicaba el Estudio General de Medios del segundo semestre de este año. Como ya es costumbre, ninguna emisora reconoció en antena la pérdida de audiencia. Con una habilidad digna en ocasiones del mismísimo Goebbels, todas pusieron buena cara al mal tiempo. «Onda Cero es la única que mantiene una audiencia estable», aseguró un locutor de dicha emisora.

«Saludable estado de la radio pública en cuanto a fidelidad», anunciaba a las 14.55 horas el presentador de Radio 1. «A pesar del efecto estacionalidad», que explica la pérdida de más de un millón de oyentes en todas las radios, Radio 1, con la Ser, es la menos perjudicada», añadía.

La Ser confirmaba ese dato a las 20.00 horas: «Aunque da vergüenza hablar de uno mismo... revalidamos nuestra audiencia», afirmaba el presentador. «Se ha hecho pleno y se lo debemos a ustedes. Con cuatro millones de oyentes diarios, la Ser se distancia de sus competidores».

«La Cope mantiene su audiencia y su liderazgo en la información», aseguraba minutos más tarde un redactor de esta emisora. «José María García sube con respecto al mismo período del año pasado», añadía.

Con el agua que cayó la última primavera, no acabo de ver claro eso del efecto estacionalidad. Me inclino más por el cansancio de los oyentes, por la multiplicación de la oferta, por la repetición de voces y por la falta de ideas nuevas y originales.

El 7 de julio, el mismo día en que se anunciaba la renovación de su fichaje por Onda Cero, Julia Otero abría sus micrófonos durante media hora para que los oyentes criticaran todo lo que no les gusta de Las tardes de Julia.

Para unos, faltan mujeres y falta, sobre todo, humor. Para otros, sobran algunos tertulianos. Hay a quien Julia le parece demasiado feminista y hay quien opina que se queda todavía un poco corta en la defensa de su feminismo.

Radio 5 Todonoticias da un número de teléfono -el 91 346 14 26- para que los oyentes expresen sus opiniones sobre la programación cuando lo deseen. El servicio mundial de la BBC también lo hace, pero en directo, cada fin de semana.

Los amantes del fútbol más viejos hemos echado de menos durante el Mundial de Francia la radio de los años 60 y 70. Hoy gritan, apabullan, se pierden en estrategias y en filosofías, cada minuto escupen dos intenciones y lanzan un pronóstico. Menos informar del juego, hacen de todo.

Mañana mismo, deberíamos rescatar de sus bien ganadas jubilaciones a los Matías Prats, Joaquín Ramos y Joaquín Díaz Palacios para que dieran a los redactores de deportes de hoy unas clases particulares.


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