El símbolo de la justicia es aquella mujer que sostiene una balanza con los ojos tapados.

Representa pues, que la justicia no tiene en cuenta la personalidad, el cargo o poder de sus administrados.

De aquí, la leyenda que "todos somos iguales ante la justicia". Ciertamente, si fuera verdad, estaría muy bien. Pero todos sabemos que unos son más iguales que otros. Por ejemplo, el ministro Piqué. Por segunda vez, el Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, ha sacado del medio un incómodo fiscal que pretendía imputar al señor Piqué en el turbulento asunto de la venta de Ertoil.

Recuerden que en la operación se extraviaron 20 mil millones de pesetas. Cada vez estamos, pues, más cerca de leer el siguiente titular: "Archivado el sumario del caso Piqué".

Forges lo explicaba hace semanas en una de sus demoledoras viñetas: "Para ser cardenal, marca el paso como un soldado".

Se ha de reconocer que el gobierno de Aznar tiene una infantería excelente.

Bona tarda. Comença La Columna.


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