Un investigador americano ha creado un complejo programa de ordenador capaz de delatar a los mentirosos. Parece que cuando queremos engañar a los que escuchan, usamos las palabras de manera diferente a cuando decimos la verdad.

Construir una historia que no existe, o cambiarla hasta convertirla en otra, provoca una presión tal sobre el impostor que lo que hace es escoger o huir de un tipo de palabras o construcciones, de las cuales acaba por convertirse en víctima.

¿Resistirían muchos políticos, banqueros, intelectuales, obispos o periodistas este tipo de análisis de sus mensajes?

Hoy en “La Columna” hablaremos mucho de verdades y mentiras porque hablaremos del periodismo, el mejor oficio del mundo, según García Márquez, pero, a día de hoy, también un oficio peligroso. A veces se ha de elegir entre tener trabajo o tener credibilidad, otras se ha de apostar por tener rigor o tener audiencia... Muchos opinan cuando nada más se ha de explicar, y algunos reivindican la parcialidad como forma de hacer espectáculo. Hay algunos que incluso cuando se van, dicen “así son las cosas y así se las hemos contado”.

Con un grupo de ilustres colegas de este oficio, haremos hoy una Columna diferente. Todos han sido alumnos de la primera facultad de periodismo de Cataluña, la Autónoma de Bellaterra. Este año hace los 30.

Bona tarda. Comença La Columna.


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