Entrevista de Julia Otero a Javier Bardem en el programa "La Columna" del Martes 27 de Febrero

A continuación se transcribe parte de la entrevista realizada por Julia Otero a Javier Bardem. Ésta contiene parte de las preguntas y evita comentarios ajenos a la entrevista o contenidos de la misma que requerirían de la visualización de las imágenes para ser comprendidos. Dada la no-profesionalidad de la trascripción esta podría contener algún error, o alguna reiteración del oral que no ha sido retirada para respetar la opinión plena de las personas que las enunciaban.

Julia: - Presentar un invitado diciendo aquello de "hoy tenemos un invitado de lujo", es un tópico fácil, y seguramente no siempre sería verdad. Pero hoy tenemos entre nosotros un hombre que, se lo puedo decir con toda sinceridad, sería un invitado de lujo incluso si no fuera candidato al Oscar al mejor actor protagonista por su interpretación de Reinaldo Arenas en "Antes que anochezca".

(…)

Julia: - ¿No me digas que has ido a un diván alguna vez a psicoanalizarte?

Javier: - Sí, sí, creo en el psicoanálisis. Creo que es algo productivo, creo que ayuda. He ido puntualmente, luego también he ido de vez en cuando. Es como si te duelen los dientes vas al dentista, si tienes momentos donde sientes un poco de debilidad mental pues vas al psicólogo. Es lo más normal del mundo, lo que pasa es que en este país todavía se ve con cierto escepticismo y se considera patrimonio único de los enfermos mentales, y ese concepto es un concepto muy amplio.

Julia: - Depende mucho del nivel cultural de un país, ¿no?

Javier: - Yo pienso que sí.

Julia: - ¿En estos momentos se supone que Javier Bardem está tocando la gloria con los dedos, o al contrario es un momento de cierta debilidad? Porque no tiene que coincidir el éxito público con el éxito propio.

Javier: - Yo creo que es un momento de crisis, que creo que en Latín crisis significa cambio. Entonces esto significa un cambio, no solamente en mí, sino en todo lo que me rodea que es quizá lo que más fuerza y peso tiene en la gente que me rodea, en la percepción de la gente sobre mi trabajo; que es un poco lo que uno no puede controlar y que desearía que no cambiase nunca. Pero bueno, es un momento de crisis positiva, y que no por eso hace que nuestro suelo se tambalee y uno tiene que estar calmado con sus prioridades, y las cosas en las que uno siempre ha creído y que no cambien por una cosa como ésta. Que es un título nobiliario en cierto modo, no es otra cosa.

Julia: - Es curioso, porque en un país como éste que es un poco carnívoro, hay una celebración colectiva muy sincera por el hecho de que hayas sido nominado al Oscar al mejor actor. Y repito que éste es un país carnívoro. ¿Estás en época de gracia? ¿Tienes esa impresión Javier?

Javier: - Bueno, creo que el deporte nacional es el tiro al muñeco: primero elevamos el muñeco y una vez que está arriba le disparamos para que caiga. Hay mucho de eso en este país.

Julia: - ¿ Tú eres uno de ellos?

Javier: - Yo estoy ahora mismo en un momento de elevación y luego ya veremos donde acaba todo esto. No lo pienso porque si lo pensara me bloquearía, y bueno tampoco creo en intentar hacer planes en un futuro, pero lo que quiero ahora es intentar vivir esto sin pasión, con escepticismo; que es un poco lo que el actor John Malkovich me dijo. Me llamó un día y me dijo: "No te creas nada de lo que te está pasando porque no existe, es algo que se ha inventado alrededor de ti, estate orgulloso de la película que has hecho y el resto, como no depende de ti, no le des crédito".

Es una cosa que evidentemente afecta, yo también si no soy nominado a un premio me quedo frustrado y si soy nominado me pongo muy contento, pero eso no quiere decir que apruebe lo que significa el premio por excelencia. Los premios me hacen competir con gente que admiro y considerarlos mis rivales; eso no me parece justo, ni siquiera para la interpretación.

Julia: - Tu madre ha dicho que si te dan el Oscar dejará de fumar. No sé si eso es mucha confianza o muy poca, porque si es fumadora empedernida, hacer esa promesa es mucho.

Javier: - Y sobretodo en Los Ángeles. Allí me parece que va a dejar de fumar porque no se puede fumar. Pero a parte ella cambió, dijo "si te nominan dejo de fumar"; tuve la nominación, y dijo "bueno, si te lo dan". Con lo cual, si me lo dan dirá "No pero era al mejor director ". Y así hasta que…

Julia: - Ese proverbio que dice que el carácter es la mitad del destino, ¿Lo compras o no?, ¿O lo devuelves por defectuoso?

Javier: - No, no, lo compro y creo en ello; lo que pasa es que lo que determina el carácter es lo importante, y qué es lo que lo determina es lo que no sé. Pero evidentemente hay gente con un carácter positivo que afronta los problemas de otra forma y otros que en negativo.

(…)

Julia: - No puede ser que en una familia como la tuya llegues al mundo de la actuación por casualidad Javier, no cuadra.

Javier: - En cierto modo sí. Estaba tan abocado a llegar a eso, a acabar en eso, que me negaba. Era como no, quiero independizarme del gen, pero evidentemente el gen es algo que lo llevo dentro y que bueno pues igual que hijos de doctores son doctores, hijo de actor, evidentemente, actor.

Julia: - Decirle que no a Spielberg es "Huevos de Oro" ¿O qué?

Javier: - Decirle que no a Spielberg es una de las cosas de las que no estoy orgulloso en absoluto y que creo que incluso se ha usado en mi contra, como diciendo "¿Y este chico de qué va?, ¿Quién se ha creído que es?". Y es curioso porque ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida profesional, como te puedes imaginar. Coger el teléfono y decirle al señor Spielberg, al cual yo admiro por encima de muchísimas cosas, creo que este no es el papel que debería hacer. Y como gran profesional y gran maestro de su profesión lo entendió perfectamente, no puso ninguna queja porque sabe de lo que estaba hablando. Sin embargo (…) no puedes ganar con los comentarios porque creas opinión, y es una cosa que ha producido la nominación. Crear opinión, algo a lo que no estoy acostumbrado. Siempre he estado acostumbrado a coger críticas, buenas o malas, pero no que un comentario mío de pronto se divulga y crea opinión.

(…)

Julia: - Dicen que hay gente que gana hasta cuando pierde.

Javier: - Sí, yo creo que la contradicción está ahí. El juego de contradicciones es que sales perdiendo y sales ganando. Y bueno, hubo esta nominación, por ejemplo, y el hacer buen trabajo como actor significa poder hacer un trabajo del cual uno está orgulloso, pero también pierdes privacidad, pierdes intimidad, o sea que nada es absoluto. No creo en los absolutos, de hecho por eso no soy católico ni creo en Dios. No creo en los absolutos, creo en la intimidad de grises; con lo cual la idea de extremos de ganador o perdedor, que es una idea que además se usa mucho en Estados Unidos, con la cual estoy totalmente en contra, no va conmigo. Por eso toda esta celebridad y esta cosa festiva de lo importante que es una nominación…Importante, ¿en relación con qué?, esa es la pregunta.

Julia: - Hay quien no cree en Dios, pero cree en Billy Wilder.

Javier: - Sí, y yo no creo en Dios, pero creo en Al Pacino. Además tuve la suerte de que Al Pacino me llamase, porque es muy amigo de Julián, y después de ver la película, me dijese que le había gustado mi trabajo. Bueno pues ese día yo tuve una excitación como Santa Teresa si hubiera tenido una iluminación.

Julia: - Apareció la voz incorrupta de Al Pacino.

Javier: - En eso sí creo. Eso sí que fue para mi un éxito. Que alguien al que yo admiro de pronto dijera que le gusta mi trabajo.

Julia: - Pero ahora no debías de haber dicho que no crees en Dios me parece…

Javier: - Creo en los ángeles de la guardia. Creo que tengo un ángel de la guardia que cuida de mí y que está siendo muy generoso últimamente y al cual le rindo pleitesía. (…)

Julia: - Porque a los americanos les gusta creer y que los demás crean. Ya sabes que ponen a Dios casi en todas las batallas, y en las guerras no te cuento.

Javier: - Sí, es verdad.

(…)

Julia: - Cuando se hace un personaje histórico, como es el caso de Reinaldo Arenas, ¿Hay que ser fiel o se puede inventar Javier?

Javier: - Juegas con algo en contra que es la responsabilidad de saber que este personaje lo tiene la gente en la memoria y que lo viven, lo aman o lo odian; pero tienen una referencia del personaje de cómo fue, y entonces el terreno de la invención queda muy limitado y todo eso hace que te tengas que documentar. Pero al fin y al cabo, cuando el director dice acción da igual, eres tú. Entonces más vale que te lleves bien contigo y no intentes imitar algo que no existe.

Julia: - ¿Por qué Javier Bardem y no un actor cubano? Te lo tienes que haber preguntado alguna vez, ¿Por qué te escogieron a ti precisamente?

Javier: - Todas. Una de las razones porque esta película se ha hecho, es quizá porque hoy día un director cubano con actores cubanos en Cuba no se puede hacer esta película. Y eso es una cosa que a mí me produjo un poco de dolor y por eso me animé a hacer la película, y bueno justamente por eso trabajé el doble para que la gente de Cuba no se sintiera avergonzada al verme a mí.

Julia: - Y ¿Has descubierto algo del personaje? ¿Qué has aprendido del personaje?

Javier: - He aprendido la palabra tolerancia, tolerancia sexual, tolerancia noción sexual, noción política, noción lo que sea. Algo que no es que tuviese oculto, o tuviese pelea con ello, pero sí cuando de pronto vives, aunque sea en fantasía, la vida de un personaje de estas características; te das cuenta de lo importante que es la fe en ti y la fe que tú vas poniendo en los demás para que te afecten. Y que esa fe te puede llevar al dolor porque la gente no es buena en todos los sitios, pero que sin esa fe no hubieses sobrevivido porque la fe que encontró en esa gente buena le ayudó.

Julia: - ¿Tú tienes fe en ti?

Javier: - Tengo fe en mí, en mis errores, en mis virtudes. Tengo fe en mí como ser completamente imperfecto, lo cual es bastante aliviante.

(…)

Julia: - Decía Mastroianni, unas cosas que a mí me gustan mucho y que supongo que a ti también. Decía que un actor normal tiene cinco buenos personajes; que un buen actor puede tener entre seis y ocho; y que un excelente actor al final encuentra diez personajes.

Javier: - Sí, eso me lo comentó una vez Bigas y le dije qué razón tiene, pero no todos somos Mastroianni. Y luego a parte no todos han tenido la oportunidad de trabajar con Fellini o con Visconti. Quiero decir que nos den unos personajes tan bonitos. Porque el personaje también tiene que venir, yo no puedo reproducir mis propios personajes, tienen que venir, y Reinaldo Arenas es uno de ellos, es un personaje que te pone en un sitio donde tienes que mojarte.

Julia: - De los que has hecho hasta ahora, ¿Cuántos reconoces como personajes buenos? ¿Uno, Reinaldo Arenas?

Javier: - No, reconozco quizás momentitos de algunos, pero ninguno en su totalidad. Incluso en Reinaldo Arenas hay cosas que veo que no me gustan, pero es lógico, por eso sigo trabajando, si no ya me hubiese rendido.


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