Editorial del 23 de marzo de 2012

Cuando los niños pequeños juegan a esconderse, se tapan la cara con las manos: creen que al no ver nada ellos, no pueden tampoco ser vistos.

Aplicado al mundo de la información, eso vendría a ser lo de que no existe de lo que no se habla. Una verdad poco sólida en el caso de la prima de riesgo. Aunque el asunto que abría informativos y titulares grandes haya dejado ese lugar preeminente a otras noticias, y ocupe un lugar mucho más discreto, lo cierto es que la cosa no va bien. Hoy, el interés que España ha tenido pagar a los que nos prestan dinero, ha vuelto a marcar cifras peligrosas. Casi a los 370 puntos ha llegado este mediodía la prima de riesgo española, muy por encima desde hace ya bastantes días de la prima italiana con la que nos comparamos últimamente.

O sea, la primavera llegó pero desgraciadamente los indicadores de la confianza en nuestro país, no.


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