Editorial del 5 de octubre de 2011

Las medidas simbólicas no aspiran a solucionar los problemas pero pueden tener efectos calmantes sobre la realidad. Ayer médicos y enfermeras en Cataluña, que van a recibir la mitad de su paga de Navidad, pedían al gobierno de Artur Mas que se bajaran ellos los sueldos. Y esta mañana Mas ha dicho en sede parlamentaria que vale, que él y todos los altos cargos se van a quedar no con la mitad de la paga extra sino SIN ella. Son 350 personas que se quedan sin su aguinaldo navideño y que permitirán ahorrar casi dos millones de euros a la administración.

Probablemente los diputados también corran la misma suerte porque ya hay algún grupo que lo ha sugerido, en concreto Esquerra Republicana. Y a ver quién es el guapo que vota que no con todos los ojos pendientes. Y miren, unos pocos millones no arreglan nada, pero dan ejemplo y actúan como antiinflamatorio social. Justo lo contrario de lo que provocan noticias como la de los exconsejeros de algunas CAJAS, llevándoselo calentito, o la gestión de algunos gobernantes que pregonan austeridad pero suben el sueldo a sus asesores.

Muchos gestos simbólicos para calmar y mucha inteligencia para gestionar es lo que necesitamos.

¿Quién será el próximo presidente o presidenta autonómico que anuncie lo mismo?


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