Editorial del 7 de abril de 2011

Todos los europarlamentarios del PP, menos una, todos los del PSOE, menos una también, y el único de UPYD, votaron en contra de volar en clase turista. La votación no es vinculante, eso se decidirá en septiembre, pero sus señorías los europarlamentarios españoles por si acaso, votaron que no. Ramón Jáuregui, ya ha reñido a los suyos y éstos ya han avanzado que en lugar de votar en contra, se abstendrán. En el PP, la dirección nacional ha dicho que eso es cosa del jefe de grupo europeo, o sea de Mayor Oreja, y éste, ha quitado toda importancia al caso. Eso es que no sigue las redes sociales. Si leyera todo lo que rezuma internet, se pondría las pilas. Suerte de Esperanza Aguirre, que ha sido la única del PP que ha recordado que hay que acabar con los privilegios.

¿Es demagógico criticar que los eurodiputados viajen en clase preferente? Si, no nos engañemos. El presupuesto de la eurocámara ni se despeina por la diferencia, pero no es estético, no es ético y, sobre todo, es muy inoportuno. Felicitemos por su nombre y apellido a los únicos españoles que votaron viajar en clase turista: Ramón Tremosa de Convergencia, Raúl Romeva de Iniciativa-Verds, Rosa Estarás del PP y Oriol Junqueras de Esquerra Republicana.


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