Editorial del 4 de marzo de 2011

No podemos decir que el presidente del Banco Central Europeo estaría más guapo calladito, porque tal cosa no es posible, pero desde luego desempeñaría mejor su cargo si fuera algo más prudente.

Cuando ayer, tras anunciar que en marzo no subiría el precio del dinero, advirtió que en abril no “era seguro pero probable” que Si subiera, consiguió que los mercados ya lo dieran por descontado. La consecuencia es que el euríbor subió del 1,78 al 1,92 en un sólo día, lo cual provocará que los que revisen hipoteca o la formalicen en marzo tendrán la mayor subida desde hace 3 años, unos 50 euros mensuales más de promedio. En general, la subida del tipo de interés encarece el crédito, se paga más, queda menos dinero para gastar, se resiente el consumo, se vende menos y bla, bla, bla... entendiendo por bla, bla, bla... que la economía española va a recibir una patada en la espinilla.

La incontinencia del señor Trichet ha adelantado un mes la mala noticia. Y cuando hay enfermedad, un mes arriba o abajo, sí que cuenta. No es la primera vez que recordamos aquí aquella famosa frase del anterior responsable de la reserva Federal norteamericana, Alan Greenspan, “en nuestro cargo –dijo- hay que hablar poco, y si tenemos que hablar hay que decir cosas sin ningún interés”. Trichet siempre dice cosas muy interesantes para los mercados, tanto que basta que amague con algo, para que automaticamente lo den por hecho.


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