Editorial del 10 de mayo de 2010

Hay lunes que empiezan la semana al ralentí, y otros que vienen ya con velocidad de crucero. Este último es el caso de hoy. Arrancamos con el Rey operado, aunque "entero y en forma", según él mismo dijo a su hijo Felipe. Ha empezado también con las autoridades económicas y monetarias de toda europa, trabajando hasta la madrugada para defenderse de los especuladores. Si bastaba con poner en marcha el plan que desde buena mañana ha hecho que las bolsas subieran un 10%, no se entiende porque no lo abordaron antes. Razones tendrán que nosotros no entendemos. Porque, seamos sinceros, no es fácil explicar con sencillez este Dragon Khan del Ibex y del resto de parqués. Un día nos inyectan miedo y al otro euforia desmedida.

Y por último, lo del CIS: la encuesta oficial de intención de voto dice que las elecciones las ganaría hoy el PP pero con una diferencia menor que la del último sondeo. Un punto y medio separa a populares de socialistas. Pero no hay que fiarse mucho de las encuestas. Miren los ingleses. El candidato liberal, Nick Clegg, iba a ser la revelación y resultó tener menos escaños que en las últimas elecciones. Por no hablar de Cameron que iba a arrasar, y está el hombre intentando poder gobernar.

Como dijo el ministro de Medio Ambiente británico, "los electores han hablado, pero no sabemos muy bien qué han dicho".


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