Editorial del 24 de marzo de 2010

Una orejada. Así podríamos calificar las palabras de Jaime Mayor Oreja si no fuera porque no da risa. Da miedo. Ayer nos dejó helados y esta mañana ha rematado la faena. No sólo no ha rectificado pese a la rápida y contundente reacción de su compañero de partido y presidente del PP en el país vasco, Antonio Basagoiti, sino que ha insistido en Onda Cero en que “la verdad siempre es incómoda”.

De Cospedal le ha desautorizado esta mañana, Basagoiti se muestra dolido y decepcionado, pero Jaime Mayor Oreja, que fue ministro de interior-no lo olvidemos- insiste en que el gobierno y ETA tienen lo mismos objetivos y que están negociando.

A Mayor Oreja no hay que mandarle callar, hay que rogarle que vaya a un juzgado con las pruebas de las que dispone. No es posible que una persona cabal, sana y con responsabilidad acuse con argumentos tan graves al gobierno sin tener nada que lo acredite. Así que esperamos poder contarles que esa denuncia se produce, porque si no, querrá decir, entre otras cosas, que Mayor Oreja sigue sin perdonar a Rajoy. ¿O cómo se explican la sinceridad con la que ésta mañana se le ha escapado en esta casa lo de “no quiero perjudicar a mi partido”?... O sea, Don Jaime, sí sabe que ésto perjudica a los suyos.


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