Editorial del 1 de diciembre de 2009

Día 1 de diciembre, empieza el mes de la Navidad, el más comercial por excelencia. Es normal encontrar tiendas y grandes superficies abiertas, incluso en domingo y otras jornadas festivas, porque, ya se sabe, que el consumidor es como la gallina: a más horas de luz más huevos pone, o sea más calienta la visa.

Nos ha sorprendido saber este mediodía que el Tribunal constitucional alemán acaba de dar la razón a la Iglesia Católica y a la Evangélica que habían protestado por la apertura de tiendas en domingo. El séptimo día de la semana es el día del Señor y del recogimiento espiritual, así que nada de abrir los comercios. Si les parece curiosa la sentencia del tribunal alemán, sepan que su Constitución, pese a proclamar la neutralidad religiosa del Estado, mantuvo un artículo eclesiástico nada menos que del 1919. Y a ese artículo se acogieron ambas iglesias para pedir el cierre dominical de las tiendas.

Los comerciantes que no sean católicos ni evangelistas también tendrán que cerrar, claro. Al parecer la falta de fe no exime de cumplir con las leyes de Dios. Amén.


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